ORACIÓN XIX Señor, déjame en paz. Ocupas mi mente con absurdas elucubraciones que, si aportan entretenimiento, no aportan claridad. Sigo en la misma indigencia de siempre y yo necesito vigor y fortaleza para enfrentarme a ti y a todos los demonios del mundo que te siguen.
ORACIÓN IX
Líbrame señor,
de los libros que cantan los laureles,
de los lirios que liban en los libros,
de los laureles del libro de los lirios.
Líbranos
de las libélulas que leen los panfletos,
de los pánfilos que zumban como libélulas,
de los panfletos de las libélulas pánfilas.
Sálvame señor
de las pirañas que se ceban en las mentes,
de las piradas que alimentan pirañas,
de las mentes de las pirañas piradas.
ORACIÓN I Oh! Dios de las efímeras formas, que frecuentas el funambulismo de mis fábulas, que franqueas con fortuna las fronteras fraternales, que fomentas mis funciones fáticas y fagocitas mis famélicas falsedades, fortalece mi flemática fe para ser fijo en tus fenómenos fatales, y no dejes de facilitarme la farmacopea que me afirma en mi fascinante fama de follador.
