e van viniendo señales
que intuyes y no obedeces,
libres flujos que no sabes
donde van, de donde vienen.
Deshaces un nudo y sueñas
con hallar la puerta exacta
por la que la luz se adentra
por la que la voz se aclara.
Insomne cuando te acercas,
durmiendo cuando se acalla,
arrastrado en la extrañeza
vas perdiendo lo que ganas.
Y en eso andas desasido,
sin sosiego en la demencia
de no saber si es domingo
el día en que te despiertas.
Señales hubo, señales
como el sol en la ventana,
la tibieza de los lares,
amanecer con el alba.
Pero hay fuerzas que te llevan,
por caminos sin salida,
claridades que te ciegan,
errores que no marchitan.
¡Ay quien pudiera volver
atrás la vida! Sentir
de nuevo. Retroceder
hasta el día en que la vi.
No equivocar el camino,
con la mente despejada
resolver el laberinto
de volver de nuevo a ti.