Honor y vergüenza por el alto cerro de la lluvia, por el mayo de alondras y soles escondidos, por sombras y prismas desatados en los márgenes del peregrino, delfín de nimiedades y oráculos que danzan en la salud del mar buscando en la arena perlas, raptos, semillas de sol y celofanes de luna, anillos, ropas de saco, crepúsculos de metal muriendo en el iris rojo de los faunos. Enigmas, verdades escondidas, tesoros que fulgen como el rayo.
Mes: mayo 2021
Honor para el hombre apasionado – día 291
Honor para el hombre que encendió su pasión junto a la dulce hoguera estrellada de la noche. Todo palpita el sosiego de la siega. La lechuza espía los rumores del macho que se inclina con fiera decisión. Morir y trascender es la luz viva de su cometa. La bruma del sentido escondido, tras gozosa lucha se despeja, en el remanso de los abrazos, en la respiración de la hembra.
Deshonor para los normativistas – día 290
Son humanos, humanas, humanes, como niños y niñas y nines, como perros y perras y perres, como gilis y gilas y giles, y así todos los géneros dúctiles a las formas pijas y serviles que dictan la nueva normativa de conducta de estos infelices. Queden como lo que son: cretinos. Y cuidado con que no peligres con el uso correcto del habla y sumes ángeles con serafines, ratas con ratos en los establos, cabellos de caballos, no crines.
Honor para el hombre adelantado – día 289
Honor para el hombre que diluye el turbión ciego que lo domina y entra en los mares con pies desnudos oreado por palmas y brisas al ritmo de pífanos anónimos que atrapan el sándalo y lo libran en un arcangélico desastre del que sale lúcido y preciso, deslumbrado por las descuidadas virtudes que nacen del olvido. Siempre yendo adelante por nuevo sin saber las vueltas del camino. Adelante siempre y sin volverse a ver la estatua de su destino.
Deshonor para los chaqueteros – día 288
Arribistas, sí, cualquier excusa es buena para escapar del barco, lindos personajes de paquete huyendo cual ratas del naufragio, justo a tiempo para buscar otro destino, refugio de parásitos, responsables ellos los primeros del hundimiento, aprovechados chaqueteros, cargas de ruindad, lindos buscadores de los cargos públicos, las bajezas del falso, y al final, ladrones disfrazados que buscan pasar por honorables garrapatas de sobras y saldos.
Honor para el maestro – día 287
Honor al hombre que nos orienta a amar semillas y catacumbas escondidas, páramos obscenos, iglesias de razones, criaturas secretas, efemérides sobrias, imágenes íntimas y brunas vertiendo en cólera los venenos, desagües vértigos de la inclusa que alivia los sudores del alma. En círculos de albores y frutas, voluntad herida por el hambre despejando el rublo de las dudas. Trae el tiempo pasado y futuro del rigor que suben las columnas.
Deshonor para los cargos desatentos – día 286
Vedlos todos juntos reunidos tantos patriotas en comandita coches oficiales de lujo negros limpios recién lustrados como los brotes de la primavera tras la lluvia, en comida de hermandad azote de la rancia costumbre española de las partidas de cazadores en fincas con reserva de ciervos, aquí, en restaurante del preboste local, reunión de los cazadores de cargos, prebendas, consejeros, la patria nueva, vinos y honores, y que le den por el… a los pobres.
Honor para el luchador – día 285
Honor como una bandera libre de las maléficas intenciones del sátrapa que incendia consensos, que inquiere sangre de corazones nobles, para alimentar su sádica vocación de poder, los colores de sus ejércitos inclementes. Honor y memoria para el hombre que lo combate y sale desnudo y limpio de las zarpas feroces que quisieron abatirlo. Digan la verdad y proclamen su nombre.