
Te felicito amigo por tu santo que en su día murió como un espeto a la brasa alentada con respeto por un fuego que daba mucho espanto. Lorenzo a la parrilla y monasterio, custodio del copón de la gran cena magnífico actor de su propia escena conjugando lo cómico y lo serio. Vidas locas de santos singulares. Personas entregadas a una idea. Perdidas vidas, sombras ejemplares. Ellos se enfrentaron con la más fea realidad. Aquí somos como zares, vivimos sin sentido y sin tarea.