Romancillo de los ciudadanos tránsfugas

emócrata de siempre,
 de siempre que se pueda
 llevarse el buen salario
 de las treinta monedas,
 felón de vocación
 tránsfuga de cochera,
 de aquí me llevo un faro
 y por allá una rueda,
 que es muy duro seguir
 con la cochambre acuestas
 que hay que afanarse un poco
 que es la vida una feria
 y el mangas que no corre
 es ladrón que no vuela.
  
 Si viniste a la política,
 si entraste en la reyerta,
 si hervías de deseos
 de hacer una limpieza
 a fe que lo lograste,
 girauta de veletas,
 cumpliste tu palabra
 pasando la bayeta,
 dejando a tu partido
 subido en la patera,
 pelado como un pito
 soplado por las hienas,
 desnudo de verdad
 sin nada entre las piernas.
  
 Donde quiera que vayas,
 viajante de maleta,
 no me cuentes milongas
 ni me enredes las cuentas,
 tu servicio, se ha visto,
 era pura insolvencia,
 trucos de pasaporte
 y maniobras secretas,
 para que quedes pulcro
 y no se hallen las huellas
 del robo perpetrado
 del pan y la manteca.
  
 Escenas de  película
 de corrupción lerda,
 el gafe se encantó
 en la versión pepera,
 igual que los murcianos
 buscando las pesetas,
 ya se pueden marchar,
 tahúres de Las Vegas,
 que ya se han diplomado
 en juegos bajo mesa.
  
 ¡Quién me lo iba a decir,
 tratos de mortadela,
 crecieron los enanos
 del circo de Rivera! 
 

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