e van viniendo señales que intuyes y no obedeces, libres flujos que no sabes donde van, de donde vienen. Deshaces un nudo y sueñas con hallar la puerta exacta por la que la luz se adentra por la que la voz se aclara. Insomne cuando te acercas, durmiendo cuando se acalla, arrastrado en la extrañeza vas perdiendo lo que ganas. Y en eso andas desasido, sin sosiego en la demencia de no saber si es domingo el día en que te despiertas. Señales hubo, señales como el sol en la ventana, la tibieza de los lares, amanecer con el alba. Pero hay fuerzas que te llevan, por caminos sin salida, claridades que te ciegan, errores que no marchitan. ¡Ay quien pudiera volver atrás la vida! Sentir de nuevo. Retroceder hasta el día en que la vi. No equivocar el camino, con la mente despejada resolver el laberinto de volver de nuevo a ti.