stá la atmósfera callada con una predicción funesta, el aire contiene amenazas las aves se muestran inquietas, la sombra se agita en el bosque las almas están indefensas, la expectación abre su piel lo quieto de pronto protesta, las rutinas se paralizan pero los miedos se aceleran, las sorpresas abren la boca las panteras se des-carcelan, las alimañas se precipitan en los actos de sus destrezas pues está llegando el momento del dominio de las rarezas: los hombres caídos y rotos detrás de sus ansias enfermas, las madres olvidan sus hijos en los bares de la protesta, los más ancianos deambulan con voluntad de marionetas, del río desertan los peces de la selva, todas las fieras, el mar enfurece sus aguas, los mástiles se desesperan, los ciegos no ven el silencio, los desiertos piden clemencia, el mundo se vuelve confuso los árboles se nos destierran, nuestros perros desaparecen los gatos se comen las hierbas, nadie camina por la calle los rayos del sol ya no llegan, todo es obsceno, todo gime, las ratas afilan sus lenguas, las gentes proclaman y gritan consignas dementes de mierda, verdades podridas por dentro del alma que está sin respuestas.