odo el mundo te lo dice aunque nadie diga ná, el silencio es tan espeso que calla por no hablar. Me pasé por la su calle no lo puedo remediar, ansias de verla me mueven, no me la puedo quitar. Niña de boca perversa, blanca de sombra y coral, que me quema los sentidos, no lo puedo remediar. Soy un caballo sin brida, un desacato animal, se agita toda mi sangre, me balancea su mar. Arderían las aceras que llevan a su portal si me reciben sus santos si me dejaran pasar. Se romperían los cielos, triunfaría la verdad, el mundo sería bueno si yo lo pudiera amar. Pero las almas traidoras que fingen la libertad, gritan contra mis senderos, me incluyen en su maldad. Pretenden domesticarme pretenden me condenar, pero yo sería salvo si le diera por me amar. Niña de boca perversa hembra se sombra y coral mi fuego en todas sus lunas lunas de mi eternidad.