Los que predican la libertad, son unos esclavistas. Los que predican valores morales, son unos depravados escondidos. Los que predican un nuevo país, quieren seguir gozando de sus viejos privilegios. Los que predican el comunismo, viven como burgueses vergonzantes. Los que predican las noticias cobran de sus amos. Los que predican a los demás cómo deben vivir, desean la muerte del prójimo. El exceso de celo de los predicadores esconden sus maléficos oficios de asesinos sin sueldo.