
Paseando por el bosque me he parado a hablar con un pájaro. Le estaba contando una confidencia existencial sobre el amor y la soledad. El pájaro cabeceaba rápidamente como dando a entender que la vida es complicada. Después de unos segundos el pájaro se marchó sin decir ni pío. Desde entonces a esta clase de pájaros les llamo “maleducados bird”.