TALMUD GAVÍNICO I El dictador cree que todo el mundo que lo rodea, lo hace todo mal, es decir, que no hacen lo que él quiere. Lo que él quiere es una prioridad tan grande para él que no duda en someter a todo el mundo a esa querencia. Su voluntad de poder enajenada, lleva a la muerte a miles de personas mucho mejores que él, por lo cual eliminar al dictador, es como eliminar a un virus maligno que atenta contra la salud pública. Eliminar al dictador no es pecado; es justicia.