ORACION XIII Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante Uds. hermanos, que, si he matado moscas y mosquitos, cucarachas y hormigas, insectos de varia condición y estado, siempre fue en defensa propia, llevado por la acrimonia de la picadura o la repulsión defensiva. De las muertes propias del gremio de los cazadores o de los pescadores, solo puedo decir que fueron de una actividad corta en el tiempo y menguada en los resultados. Pero es verdad, estuve allí y cacé tordos y becadas y pesqué sargos, calamares y lubinas. De las otras muertes, salvo de la mía, solo puedo decir que soy inocente. Pero podéis decapitarme porque en verdad creo que la inocencia del hombre no existe.