Los rostros del mundo (55) El ferroviario

EL FERROVIARIO

Muchos años después
aún me despierta
la pesadilla
de aquella ronda nocturna
de mi primer año
de trabajo en la Renfe.

Yo iba 
revisando las vías
entre las estaciones
de R. y F.
cuando me encontré
con un cuerpo 
decapitado.

Mi reacción instantánea
fue apartar la mirada
a tal velocidad
que de la visión
no podía deducirse 
ninguna certeza
y sí un miedo súbito
de espanto y huida.

Tuve que volver atrás
para cerciorarme
de que aquello era una cabeza
y el bulto era un cuerpo humano.

Me entretuve el tiempo justo
para no equivocarme
y poder dar el parte
al compañero
que venía de la otra estación.

¿Habéis oído decir la expresión 
“pies para qué os quiero”?
Aún me veo corriendo
por las vías 
rompiendo a bandazos
de farol desesperado
la oscuridad de la noche.

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