SONETOS DE LA INTEMPERIE 8 Allí donde el amor, libre de salmos, fértil de soledad, gentil de arrobos, cogeré tus labios del asombro para darte los besos de mi canto. Allí, sin más demora, por los raptos que mi sangre celebra con tus ojos, dejaré un vendaval de espejos rotos y un delirio de mirlo desatado. Allí donde mi boca se aventura con dientes bajo el sauce y se abandona reptando por tu seno y tu cintura. Allí será la flor de la fortuna que nace en esta tierra que se abona con cuerpos de pasión y luz de luna.