PAÍS Venía conduciendo y escuchando la radio. Estaba sorprendido y emocionado oyendo una hermosa canción de amor de un grupo - Oques Grasses-, del que no tenía ni idea. De pronto el sonido se llena de grillos, chirridos, rasguños y dejo de escuchar la canción. Una emoción interrumpida. Un placer que se va a la mierda. Sigo conduciendo. Hablo por teléfono móvil y de pronto, caigo en un abismo de silencio, un hueco sin comunicación. Una ruptura de la conversación laboral importante. Un negocio echado a perder. Un estrés de mil demonios. Todo en menos de 10 kms. Tanto gasto en publicidad para vendernos la burra de que somos un país diferente y no somos capaces de mantener las líneas de comunicación limpias. Esto no es un país. Esto es un negocio de unos cuantos mentirosos.