
EL BUSCAVIDAS 10
El enigma de la demacrada chica
que hacía autoestop
era más desasosegante
que el letrero que tenía entre las manos:
“A cualquier sitio
A ninguna parte”

EL BUSCAVIDAS 10
El enigma de la demacrada chica
que hacía autoestop
era más desasosegante
que el letrero que tenía entre las manos:
“A cualquier sitio
A ninguna parte”