Oración L
A veces me digo:
“Deja a Dios en paz, gilipollas,
céntrate en lo que debes de centrarte,
¿Con cuántas personas te llevas mal?
No implores a Dios y aprende a llevarte bien;
¿Cuántas personas no te soportan?
No pidas ayuda a Dios y aprende
a dar más de lo que dabas,
a sonreír a la adversidad,
a silbar sin resentimiento en la arboleda,
a buscar la paz de las cerezas dodecafónicas,
a pasear por los prados celestiales,
a dar de comer a los seres
inferiores a la semilla,
a sacrificar al cierzo su dominio frío,
a cantar el rapto sonoro del aljibe,
a buscar la paz, ¿ya lo he dicho?
A buscar la paz boliviana de la menta.