SÍ ES SÍ Sí es sí. No es no. Queda claro. Pero, a veces, el no, es sí, y el sí, es no. O, acaso, ¿todo el mundo vive en la pureza y nadie entra y sale de las contradicciones, las ambigüedades, las incertidumbres, los laberintos, los despropósitos, las órbitas demenciales, las indecisiones, las miradas perdidas, los actos cretinos, los deslices suculentos, las confusiones estrictas, las manos decantadas, las verdades cerriles, las hoces envolventes, las restricciones morales, el simplismo colérico, las ausencias de rigor, los vericuetos del alma, las manzanas podridas, el pan seco, el hombre hambriento? Qué difícil es decir un sí, que sea un sí, y decir un no, que sea un no. Qué difícil es tener claras las decisiones.