
EL ESTANQUE
Los peces tantean
la lentitud de las oscilaciones
como si fueran relojes
a punto de naufragar.
Respiran el silencio
de las aguas quietas
y se mecen bajo la luna
a la espera de la muerte.
La inercia se los lleva
ingrávidos y mudos,
sorteando su suerte
con eléctrica astucia.
Algas decantadas,
estatismos del tiempo.
Yo los contemplo
y sigo mi camino.