Uno deja su huella, un poema por ejemplo. Es un signo expuesto a la intemperie y a la suerte. Dejo en él una fuente de muerte que mana y una erosión de vida incipiente. ¿Quién no integra sus contradicciones en un fluir que nos lleva? Si alguien lo recoge, sobrevivo. Si nadie lo recoge y muere, yo también muero con él. La vida está llena de muchas muertes cotidianas, de muchas vidas salvadoras.
HUELLA para Manuel Rivera
Poema bellísimo y minimal, pero que conecta con antiguos versos de Alfredo que compartimos hace más de treinta años. Ay el verso; “su flor de soledad, su melodía” —que escribió entonces—. Este poeta y artista auténtico sigue como un náufrago tirando botellas desde sus islotes de la memoria y dejando huellas en el mar. Muchas han llegado hasta mis orillas.
Manolo, el poema es infinito. Se escribe en tramos. Nos llevará una vida y aún no habremos acabado de escribirlo. Nuestro poema infinito es nuestra vida. Salud