Honor al hombre que nos orienta a amar semillas y catacumbas escondidas, páramos obscenos, iglesias de razones, criaturas secretas, efemérides sobrias, imágenes íntimas y brunas vertiendo en cólera los venenos, desagües vértigos de la inclusa que alivia los sudores del alma. En círculos de albores y frutas, voluntad herida por el hambre despejando el rublo de las dudas. Trae el tiempo pasado y futuro del rigor que suben las columnas.