Honor para el hombre solitario I – día 277

 Honor para el hombre solitario 
 que ejerce su oficio de silencio,
 que mantiene el rumbo enajenado,
 las urdimbres de un ajedrez ciego,
 arduas jarcias del empuje bruto
 que cifran la batida del viento
 y lo domeñan hacia la calma,
 sin que nadie entre en el ajetreo
 de su disidencia, de su ardicia,
 que busca bajo la tierra lentos
 tesoros de fulgores nocturnos
 que alumbren una lengua de fuego. 

Deja un comentario

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies