¿De dónde sacan estos abstrusos que son más listos, más preparados, más inteligentes, más demócratas, menos corruptos, menos sinvergüenzas, menos violentos, menos tarados, que los otros, tribalistas de cemento, carnuzos de diseño, huertanos resilientes, aforados de palimpsestos palúdicos, si son bacterias de la misma secta, vituperios de la mismo paradoja, carrizos de la misma riera, sapos del mismo charco, lunáticos del mismo desfase, iluminados y cobardes de la misma cresta colorada? Estos que no saben viajar a Venecia o Berenice sin quedar como cariátides ojivales, anguilas legalistas, caballeros del truco, alarmistas incardinados de supremacismo hereditario. ¿De dónde les viene tanto sectarismo empastillado, tanta bucolismo bubónico, tanta pandémica pedestre, tanto chovinismo de corcho, tanta partenogénesis patógena, si son un pábilo de cera intrusa, una corte de aprovechados?