De qué iba, ¡ah sí! de que la mente nos engaña. La mente y cualquiera que sepa manejar la mentira. No hay nadie en el mundo que pueda afirmar que nunca ha sido engañado. Ni nadie tampoco que pueda decir que no ha perpetrado alguna mentira. Mentir y engañar, ¿es lo mismo? No. La mentira viene primero. Primero se miente, a veces, con intención de engaño y a veces no. La primera es un congrio imbatible, forma parte de la vida. Como decía el gordo Tomás: yo soy alto, guapo y rubio y el que diga lo contrario, miente. El gordo irónico y santurrón de Tomás, murió atropellado por un camión. Esto último es una mentira, era solo un efecto sorpresivo para acabar este poema sobre el engaño.