El globo – día 29

El globo,
lleno de aire caliente,
se fue elevando
hasta el techo
de un mundo de globos:
aquel que acaba
en la desintegración
de todas sus aspiraciones;
allí donde se encontró
con otros globos agónicos,
nostálgicos perdidos
de la belleza de un viaje
a los cielos deslumbrantes.
 
Aquellos cielos donde las nubes
      de la somnolencia
se abandonan en la flotación
del color y la buena suerte,
allí donde las cometas
liberan un crisol de esperanzas
y hacen pensar
que los sueños adquieren
-pulso y materia-
la vida del logro y el placer.

 





 






 



 
     
 
 
 

 
 


 

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