Los rostros del mundo (107) Soneto de los enredos

SONETO DE LOS ENREDOS

Me cansa tu vileza de estratega
trajinando monedas devaluadas
rico de paranoias elevadas
al rango de consignas de refriega.

Me aburren tus barruntos de borrega,
sermones, moralinas fatigadas
de aberrantes razones inventadas
que quieren y no pueden dar la pega.

Cuando hallaste el placer de la maldad,
te atrincheraste pérfido en la coda
de los enredos en los que te ahogas,

por no saber vivir en la verdad
por meter las argucias en tu boda,
por tener menos seso que las sogas.

Los rostros del mundo (106) Soneto de un sueño de verano

SONETO DE UN SUEÑO DE VERANO 

La historia con Pasión se ha terminado.
Susana tiene un rostro fascinante.
Su belleza señala en un instante
el círculo de un fuego enamorado.

La rodilla de Clara te ha robado
la atención y trastorna tu talante
de viejo soñador, de fiel amante
que germina tu herida en su costado. 

Deseos de ficciones inconclusas,
laberintos y juegos y visiones,
el amor inventando a sus amantes.

Desciframientos lúcidos que antes
fueron delirios, imaginaciones                         
de un verano viviendo con las musas.

Los rostros del mundo (105) Soneto de los mediocres

SONETO DE LOS MEDIOCRES 

Los poetas mediocres se protegen,
se adulan entre sí, se condecoran,
se reparten los premios, se edulcoran,
se amadejan de amor y se entretejen.

Son iguales, aunque no se asemejen,
se acumulan en tribus y se adoran
se mueren de la envidia, se devoran,
se dicen ¡hasta aquí! sin que se alejen.

Se orientan, necesitan, pelotean, 
se ufanan y presumen de sus vicios,
se encumbran, se mantecan, se jalean.

Indulgentes consigo, son propicios
al mal de la cizaña y no se apean
de sus bodrios devotos y ficticios.

Los rostros del mundo (103) Soneto de los directores artísticos

SONETO DE LOS DIRECTORES ARTÍSTICOS

Los chamanes fanáticos y severos 
del arte moderno, zotes presuntuosos,
desean ser divinos y son untosos,
manieristas funámbulos y paveros.

Estiran los conceptos como hechiceros,
aparentes, flemáticos y gaseosos,
para olvidar que son unos perezosos
funcionarios del afán y garbanceros.

Metidos en el sistema del que comen 
son incapaces de ver el arte fuera
de sus mocos. Académicos letargos,

son líquenes adheridos a sus cargos,
sibaritas de la nada y de la espera 
con ideas que no pasan del abdomen.

Los rostros del mundo (102) Soneto de las justificaciones

SONETO DE LAS JUSTIFICACIONES 

¿Qué términos felices me mantienen,
qué insistencias precarias me limitan,
qué lunas azarosas me visitan,
qué terquedades ciegas me retienen?

Qué suspiros de amor se van y vienen
dejándome con ansias que me excitan,
sueños que las mentiras me recitan
para aceptar verdades que no vienen.

Indómitas lujurias se perdieron
en espacios de crímenes perfectos
donde todos los males se perdonan.

Mirad como los buenos ya se fueron.
Ved como se comprenden los defectos.
Sentid como las leyes se abandonan.

Los rostros del mundo (101) Soneto insomne

SONETO INSOMNE 

Viene la noche y no puedo dormir.
Pasan las horas lentas esperando
que llegue el sueño, esperando, esperando
y yo sigo arraigado y sin dormir.

¿Qué me retiene sin poder salir
de este pozo cerril que estoy cavando
en el tiempo, atrapado y regresando
al círculo abisal del sin vivir?

No consigo cerrar la luz del día,
aceptar su desgarro, su imposible
duración, el bastardo sentimiento

de no hallar un sentido a su porfía,
de querer insistir en lo vivible
en su oferta de amor sin cumplimiento.

Los rostros del mundo (100) Soneto cumpleaños Juanitus

SONETO CUMPLEAÑOS JUANITUS

Juanito cumple brócolis, patatas,
acelgas y sardinas, coliflores,
arroces con sabor de mil colores                    
y pulpos conservados en sus latas.

Cumple ensaladas, rábanos y patas
de conejo, quebrantos y dolores,
penurias de amor y otros sinsabores;
las desgracias se pasan con bocatas.

Cumple también amigos merecidos,
alegría de ver a sus compadres
celebrando sus años bien vencidos.

La amistad no decae en la pobreza.
Lo mejor de la vida son las madres
y este poema, Juanito, qué pereza!

Los rostros del mundo (99) Soneto de la vitalidad del arte

SONETO DE LA VITALIDAD DEL ARTE 

Lejos de las babélicas palabras
De los versos que fluyen sin permiso
Entro en la materia del ser que quiso
La gran magia de los abracadabras.

No el horror de las fábulas macabras,
Ni el discurso del místico indeciso,
Ni el espejo turbado de Narciso,
Ni el sátiro que trisca con las cabras.

Un camino que cruce los abismos
Y transporte la luz del pensamiento
Al fondo emocional de la mirada

Y retorne con fuerza, sin modismos,
Al arte de decir sin miramiento
La justicia vital nunca cansada.

Los rostros del mundo (98) Conversación I

CONVERSACIÓN

¿Qué fue del hombre sutil?
-Se murió.
¿Y aquel más grosero, experto en lides lumínicas?
-Se murió.
¿Y el deportista que cabalgaba 
          las olas aceradas del invierno?
-También se murió.
¿Y su madre que traducía al catalán
          todas las lenguas semíticas?
-También.
¿También qué?
-También se murió.
Tenía una novia bellísima, alumna de su madre,
          aventajada en el estudio del arameo 
         que hablaba Jesús.
-También se murió.
¿Y aquellas primas tan sensuales
           que nos visitaban en la mansión de verano?
-También se murieron.
¿Y aquel señor inteligente que inventó 
          aquella máquina de la metempsícosis?
-Ese sigue vivo, luchando 
          para que el Registro Mundial de Patentes
          le reconozcan la máquina que supera a la muerte.
¿Y nosotros?
-Quién lo sabe.

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