ALGUNAS FORMAS DEL SUFRIMIENTO DE LAS NIÑAS MIMADAS Entre la novedad y la variedad está la felicidad. Si no hay novedad ni hay variedad…”mamá me aburro”. Y es verdad se a-burra. “Si no lo tengo, me muero”. Siempre se están muriendo, de envidia, de aburrimiento, de no tenerlo, de que no le hagan caso, del plexiglás, de la palomita, del granito, del culo gordo, de la planicie sin tetas, de amor por sus ídolos, de amor por el guaperas, de los desmayos, de los vahídos, de los nervios, del dinero, del modelito, de las zapatillas, de por qué a menganita le sale un novio, de por qué a fulanita le hacen un regalo, de por qué a zutanita la zurran un poquito, de por qué a muselina le decoran la cocina, de la joyita, de la puntillita, del canesú -que vaya a usted a saber qué es eso- “Ya no me llama, mamá, ya no me ama, mamá, la carne está cruda, díselo a papá, no iré nunca más a sus hamburgueserías, mamá, la carne está cruda. Todo está crudo, mamá, el mundo está crudo, mamá, estoy para morirme, ya no me llama, mamá, ya no me ama”. Y así hasta que se hace mayor y nunca sabrás si será para mejor o será para peor.