Oración L A veces me digo: “Deja a Dios en paz, gilipollas, céntrate en lo que debes de centrarte, ¿Con cuántas personas te llevas mal? No implores a Dios y aprende a llevarte bien; ¿Cuántas personas no te soportan? No pidas ayuda a Dios y aprende a dar más de lo que dabas, a sonreír a la adversidad, a silbar sin resentimiento en la arboleda, a buscar la paz de las cerezas dodecafónicas, a pasear por los prados celestiales, a dar de comer a los seres inferiores a la semilla, a sacrificar al cierzo su dominio frío, a cantar el rapto sonoro del aljibe, a buscar la paz, ¿ya lo he dicho? A buscar la paz boliviana de la menta.