ORACIÓN XXX Señor, permíteme cumplir con las promesas de mis buenos propósitos: No cargar de avispas la habitación del Roncador. Aprovechar los huesos del pollo para sembrar berenjenas. No salir corriendo detrás de las liebres libertinas. No maldecir al maldiciente, ni robar al ladrón, ni burlarme del burlador, ni ser jefe de nadie, ni hacer del árbol caído, leña ajena. No hacer del camino una fiesta para inválidos. No pasar frío en verano ni calor en invierno. No perderme por los bosques de la eternidad. Amar a las piedras y al fuego como a uno mismo. No matar el tiempo hasta que el tiempo me mate.