CRUCES Por la tarde, cuando iba a ver a mi madre a su residencia de Reus, cruzó una paloma volando delante de mi coche, a la noche de vuelta a casa, se cruzó a ras de suelo una rata, la paloma me inspiró la superstición de ser un elegido, algo bueno para mi vida, la rata no me inspiró nada, era el reverso de la primera superstición, si aceptaba una debía aceptar la otra, así que deje lo bueno para no coger lo malo. Palomas y ratas, ya podéis repartir la buena y la mala suerte por el mundo ancho y ajeno, yo voy a trabajarme la mía.