Los rostros del mundo (157) Cruces

CRUCES

Por la tarde,
cuando iba a ver a mi madre
a su residencia de Reus,
cruzó una paloma
volando delante
de mi coche,

a la noche
de vuelta a casa,
se cruzó a ras de suelo
una rata,

la paloma
me inspiró la superstición
de ser un elegido,
algo bueno para mi vida,

la rata no me inspiró nada,
era el reverso 
de la primera superstición,

si aceptaba una 
debía aceptar la otra,
así que deje lo bueno
para no coger lo malo.

Palomas y ratas,
ya podéis repartir 
la buena y la mala suerte
por el mundo ancho y ajeno,
yo voy a trabajarme la mía.

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