PAZ ¿Cuánto tiempo soporta el hombre la beatitud, antes de romperla como un juguete de niño mal criado? La paz no está hecha para el alma del inquieto, el hombre que busca emociones, el insolvente, el caprichoso, el perfecto insatisfecho. La paz es para quien deja que el deseo fluya y florezca como una mano que sabe coger una mariposa desprendida del génesis o un jazmín que reposa en la noche de la santidad.