
PAZ
¿Cuánto tiempo soporta el hombre
la beatitud,
antes de romperla como un juguete
de niño mal criado?
La paz no está hecha
para el alma del inquieto,
el hombre que busca emociones,
el insolvente, el caprichoso,
el perfecto insatisfecho.
La paz es para quien deja
que el deseo fluya y florezca
como una mano que sabe coger
una mariposa desprendida del génesis
o un jazmín que reposa
en la noche de la santidad.