VOCEROS
Sócrates los combatió
pero no acabó con ellos.
Filósofos de palabrería fácil,
de gacetilla inquieta,
falsarios, aduladores y parleros
vendidos al mejor postor.
Siguen entre nosotros:
Sofistas degradados ahora
a simples voceros
del poder del dinero,
que no dudan en mentir
para servir a sus amos
por un puñado de dólares,
por las migajas del banquete.
Inventores de argumentos
para el acoso y derribo del contrario.
Periodistas de frontera
que no dudan en trajinar inmundicias.
Cronistas de la falsa verdad
que blanquean el rostro del corrupto.
Voceros: un oficio de reptiles
para insectos de tiniebla.