VOCEROS Sócrates los combatió pero no acabó con ellos. Filósofos de palabrería fácil, de gacetilla inquieta, falsarios, aduladores y parleros vendidos al mejor postor. Siguen entre nosotros: Sofistas degradados ahora a simples voceros del poder del dinero, que no dudan en mentir para servir a sus amos por un puñado de dólares, por las migajas del banquete. Inventores de argumentos para el acoso y derribo del contrario. Periodistas de frontera que no dudan en trajinar inmundicias. Cronistas de la falsa verdad que blanquean el rostro del corrupto. Voceros: un oficio de reptiles para insectos de tiniebla.