Los rostros del mundo (67) Oración XIII

ORACION XIII

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante Uds. hermanos,
que, si he matado moscas y mosquitos,
cucarachas y hormigas,
insectos de varia condición y estado,
siempre fue en defensa propia,
llevado por la acrimonia de la picadura
o la repulsión defensiva.

De las muertes
propias del gremio de los cazadores
o de los pescadores,
solo puedo decir que fueron
de una actividad corta en el tiempo
y menguada en los resultados.
Pero es verdad, estuve allí y cacé tordos y becadas
y pesqué sargos, calamares y lubinas.

De las otras muertes,
salvo de la mía,
solo puedo decir
que soy inocente.

Pero podéis decapitarme
porque en verdad creo
que la inocencia del hombre no existe.

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