hora que ya muerta Ya estas domesticada Antes la rebeldía Tu sangre conjugaba Te impedía vivir El amor, dónde estaba? Cantabas injusticias La voz por las barandas De las gentes humildes De las tierras cansadas Las familias extensas El dolor de una dama Perfil de soledad El amor, dónde estaba? Cantabas alegrías Jilguero de las ramas Vientos de la miseria Tristezas disfrazadas Zurciendo los tejidos El corazón que sangra Cocinas sin un ángel Alimentos sin alas Las perolas vacías Las verdades negadas Ahora que ya muerta Ya estas domesticada. Vienen los profesores Los médicos del alma Los cantantes que buscan Tu nombre con tu fama Pero queda tu fuerza, Libre, desparramada, Un desierto de arena Por el aire que clama El hambre de los niños Las visiones ancianas Los actos que deprimen La luz de la mirada. Qué poco han cambiado Las encías que sangran El mundo de los pobres Las ruinas de las casas Los almanaques negros Las gentes desoladas Los campos, los esteros, El sol de la ensenada El frío de las cumbres En la danza macabra Del demonio que gime Un canto que te alaba. Herida por amor Torbellino que arrasa El hombre que se fuga Por caminos y tramas Dejándote en orillas De selvas y marañas De clamores violentos De días sin mañanas Angustias contra ti Como armas desatadas Amor quebrantahuesos Dulce amor en la cama “Por ti viví contenta Sin ti la muerte santa”.
hora que ya muerta
Ya estas domesticada
Antes la rebeldía
Tu sangre conjugaba
Te impedía vivir
El amor, dónde estaba?
Cantabas injusticias
La voz por las barandas
De las gentes humildes
De las tierras cansadas
Las familias extensas
El dolor de una dama
Perfil de soledad
El amor, dónde estaba?
Cantabas alegrías
Jilguero de las ramas
Vientos de la miseria
Tristezas disfrazadas
Zurciendo los tejidos
El corazón que sangra
Cocinas sin un ángel
Alimentos sin alas
Las perolas vacías
Las verdades negadas
Ahora que ya muerta
Ya estas domesticada.
Vienen los profesores
Los médicos del alma
Los cantantes que buscan
Tu nombre con tu fama
Pero queda tu fuerza,
Libre, desparramada,
Un desierto de arena
Por el aire que clama
El hambre de los niños
Las visiones ancianas
Los actos que deprimen
La luz de la mirada.
Qué poco han cambiado
Las encías que sangran
El mundo de los pobres
Las ruinas de las casas
Los almanaques negros
Las gentes desoladas
Los campos, los esteros,
El sol de la ensenada
El frío de las cumbres
En la danza macabra
Del demonio que gime
Un canto que te alaba.
Herida por amor
Torbellino que arrasa
El hombre que se fuga
Por caminos y tramas
Dejándote en orillas
De selvas y marañas
De clamores violentos
De días sin mañanas
Angustias contra ti
Como armas desatadas
Amor quebrantahuesos
Dulce amor en la cama
“Por ti viví contenta
Sin ti la muerte santa”.