El patriota tiene que ver con el patrimonio. La patria es el patrimonio. No hay patriota que no tenga un patrimonio. La patria es una excusa perfecta para defender un patrimonio. Ser patriota significa “no me toquen lo mío”. Un patriota verdadero es el que está dispuesto a morir por lo suyo, su patrimonio económico y su patrimonio emocional y familiar. No existe uno sin el otro. Cuando Samuel Jhonson dijo aquel adagio: “El patriotismo es el último refugio de los miserables” miserables debe entenderse en su acepción bíblica: persona que se aprovecha de otros y los engaña para su provecho. Así que se puede decir “patriotas miserables”. Toda su defensa de la patria es para su provecho. Los hay que no tienen patrimonio económico. Su patrimonio consiste en pertenecer como súbditos a los miserables que los condicionan. Pobres e ignorantes pero felices de pertenecer a la familia del tumulto. No se come, pero da calor. Al fin y al cabo, somos mamíferos. La cobardía se esconde en la manada. La manada proveerá. El gran depredador protege a la manada.