Esto que tú nos recuerdas ya lo sabemos. El problema está en cómo llevamos a la vida aquello que ya sabemos; en cómo nuestro cuerpo asume lo que nuestra mente sabe. El saber mental no es suficiente. Con la mente he cruzado la meta del Tourmalet con el maillot amarillo, y he flotado por encima de los tejados de Narbonne y Carcassonne como un diablo cojuelo en busca de un reloj de oro que solo marque las horas del placer. En realidad, no hace falta que lo diga, no me moví del sofá de mi casa, un lugar estupendo para hacer el mejor deporte del mundo: soñar que eres un héroe con muchas mujeres que te adoran.