El culto al perdedor es el delirio compensatorio de una mayoría ordinaria que nunca tiene las de ganar. El perdedor no merece el ensalzamiento. Uno no entra en el partido para perderlo, aunque entre en la vida para morir.
El culto al perdedor es el delirio compensatorio de una mayoría ordinaria que nunca tiene las de ganar. El perdedor no merece el ensalzamiento. Uno no entra en el partido para perderlo, aunque entre en la vida para morir.