Es tanto el sufrimiento que ha sobrellevado la humanidad hasta este presente infecto, que me parece deleznable añadir ni una gota más de dolor al dolor del mundo. Desde la desnudez de la prehistoria pasando por todas las enfermedades, hambrunas, guerras, esclavitudes, masacres, invasiones bárbaras y asesinas, gulags, campos de concentración, aniquilaciones, exterminios, holocaustos, conquistadores, pandemias, pestes, desastres naturales y provocados, nazis, jémeres, hutus, tutsis y todos los psicópatas que contribuyen a derramar la sangre de los hombres sobre la tierra en una relación de continuidad que no parece tener fin. La Tierra y no Marte es el verdadero Planeta Rojo. Ahora reposa y piensa en lo que enseñaba Epicuro, evita el dolor y añade placer, al placer de vivir.