Uno no puede ser solo – día 61

Uno no puede ser solo
el lugar de sus crímenes.
Hay brisas que lo dispersan
por los caminos del aire,
suertes indecisas que eligen
el perfil de las encrucijadas,
ramas conectadas que se abren
a la dispersión y el anhelo.
 
Uno no puede ser solo
la tumba del error.
Hay declives que se deslizan
      imparables
hacia las fronteras líquidas del sueño,
corrientes que giran el agua
por el torbellino de la fugacidad,
perdiciones y reencuentros
que alimentan la sombra del devenir.
 
Uno no puede ser solo.
Hay semillas que esconden
      la luz de los días
y días que tienen todos los recursos
      de la felicidad en el aire que respiras.
 

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