stos cretinos con los que he compartido tanto destino. Ignoran todo cuanto no sea mamar de cualquier modo. Son los esclavos, educados serviles de otros esclavos. Siguen cadenas miserias circulando por las sus venas. Los maldicientes se delatan por ser tan reverentes. Los mamarrachos indignos mamelucos de los despachos. Limpia pelotas, mamporreros del basto como las sotas. En la encamada sucios lobos vulgares, siempre en manada. La voz de su amo, gregarios mantecosos, bichos del ramo. No es necesario insistir en el tema del relicario. No se merecen que sus dioses los nombren para que recen.