DÉCIMA DEL AMOR VERDADERO El crecimiento más sano del amor más verdadero requiere un saldo sincero de afecto y trato cercano con el alma y con la mano; no bastan solo palabras ni falsas abracadabras para que crezca la siembra que has plantado en la hembra con tus brincos de pagano.
DÉCIMA DEL RECUERDO En mi soledad sonora Me pierdo por tu recuerdo La fruta fresca que muerdo El gozo que se demora En la estancia donde mora La lentitud vertical De tu cuerpo celestial Compendio de la belleza Que se afirma en la certeza De tu persona genial.
DÉCIMA, DÉCIMA La nevada quietud de la tarde Se decanta en la melancolía De ser un delta en la paz del día Lento silencio y soledad que arde, Dejando cenizas de un vacío Que llena las ondas de una nada Circular como suele un río Con el agua en vueltas remansada Abrigo de un corazón sin brío Rumor ya de música callada.
DÉCIMA DEL INMINENTE AMOR En la tarde que declina Con rumor de pan caliente Miro tus ojos de frente Y siento que se avecina Una delicia muy fina Una promesa de amor En brisas de buen olor Que ondean su promesa Como una palabra impresa En la piel de su rubor.
DÉCIMA DEL ESCRIBIDOR Me da grima tu relato embutido de insolventes naderías, sus crecientes registros de mentecato me aburren como a los peces las peceras estancadas glú glú blá blá tantas veces como saldos y bobadas se arrejuntan si obedeces a las formas masticadas.
DÉCIMA DE LA PARCA El hombre que defendía las piedras de su bolsillo defendió también su anillo del crimen del mediodía mientras la parca encendía un agravio verdadero que escondía en su sombrero la copa de la paciencia, una nube de inclemencia y una pistola de acero.
