El culto al perdedor es el delirio compensatorio de una mayoría ordinaria que nunca tiene las de ganar. El perdedor no merece el ensalzamiento. Uno no entra en el partido para perderlo, aunque entre en la vida para morir.
Mes: noviembre 2020
Paco Torrente 10 – día 93
Cuando los poderosos hacen una concesión ante los demandantes, no tardarán nada en arrepentirse. Después de cerrar la puerta de la negociación, ya piensan en la revancha y en cómo volver a ganar el terreno perdido. ¿De qué otra manera podrían seguir siendo poderosos?
Romance del rey y la reina
.l rey tenía una reina, cabellos de ciencia y cielo, y un jardín donde perderse por las demencias del sueño. Se callaban las serpientes en la siesta de los ciervos, siseaban las medusas por los mares del silencio. “Animales y alimañas por el amor que os dejo dejad que vayan pasando las penas viejas del viento”. “Yo moriría por ti y antes que echarte de menos entraría en las reyertas para salvarte del miedo”. El rey tenía una reina por ella perdió su reino suspirando por las sombras ciegas del amor eterno. "Esa suerte del amor es doliente y no la quiero, ese rostro del amor es esquivo y traicionero". "Yo la quiero con su forma, con la gracia de su cuerpo, con su boca siempre llena de rosales y de besos". "Ella vive, yo lo sé, yo la busco y no la encuentro, corriendo por el envés del milagro y los infiernos".
Paco Torrente 9 – día 92
En ningún momento he dejado de pensar en ti, rata de las cloacas de mi vida. Fueron demasiados los ratos de roer juntos los cuerdas que nos ataban. He estado a punto de escribir “atacaban”. Atar y atacar son dos verbos que conjugamos mucho en aquellos días de cueros impacientes y látigos contritos.
Paco Torrente 8 – día 91
Este es mi sermón para hoy: Hay quien se hace la picha un lío con la representación simbólica del yo y el nosotros. Piensan que el yo es la expresión del egoísmo al margen de la sociedad, y el nosotros, la voz conjunta del amor colectivo. El yo no tiene por qué ser egoísta, ni el nosotros, necesariamente, solidario. El yo puede ser individualista y empático, individualista y compasivo, individualista y buscar el bien común. El nosotros, identitario, puede ser sectario, supremacista, excluyente, tribal. Un refugio perfecto para los que enarbolan banderas y se exculpan de toda responsabilidad. Nuestra riqueza está cuando desarrollamos todo nuestro potencial como individuos y, a la vez, fortalecemos nuestra convivencia con la comunidad. Pájaro que canta solo y emigra con la gran familia.
Paco Torrente 7 – día 90
Los rumanos se hacen contratistas de obras menores. Las viejas roban. Las jóvenes se prostituyen o las prostituyen. Los marroquís se ocupan de las obras de reforma y mantenimiento, los contratan los rumanos. Sus mujeres colapsan los ambulatorios y los servicios sociales. Las madres primerizas estrenan carritos de bebé modernos gratis. Los jóvenes reparten el hachís y otras drogas. Otros hacen guardia en las oficinas de compraventa de segunda mano. Los chinos se quedan con los negocios de hostelería, los bares de tapas españolas y los restaurantes japoneses. Ya son dueños de los “todo a cien” de todas las ciudades y de todos los pueblos de España. Los japoneses, reverentes y fotógrafos, tienen negocios exquisitos, de diseño, de buen gusto. Los indios de la India tienen todos los chiringuitos de electrónica barata, artilugios de playa y maletas para migrar a Sudamérica y África. Los paquistanís hacen el reparto de las bombonas de butano. Los cubanos reparten las cervezas y otras bebidas con y sin espíritu. También hacen trabajos de discoteca: camareros, porteros, músicos, relaciones públicas. También son doctores de ambulatorios y urgencias. Para doctores, los argentinos: Dentistas, y sobre todo, faltaría más, psicólogos. Están en las cocinas de parrilleros y en las discotecas de relaciones públicas y seductores. Los sub-saharianos trabajan en la agricultura. Recogen las frutas y los frutos. Van al campo en bicicleta. Las colombianas copan los prostíbulos. Los colombianos - no todos son ciclistas- toman y toman y hacen lo que pueden. Los rusos son una mafia y hacen de guardaespaldas, como los serbios o los bosnios. Estos últimos se dedican al crimen con violencia. Las rusas son las putas rubias y finas de los prostíbulos de lujo o las traductoras de las tiendas de lujo. El lujo está cerca de las rusas, palabra que engloba a las chicas de otras repúblicas exsoviéticas: bielorrusas, ucranianas, lituanas… El resto de la población, envejecida, obesa, enferma, muriendo por el covid, esperando subvenciones, son españoles, con toda esa masa de parados, chuletas, paseantes de perros, políticos corruptos, youtubers, chicas despectivas, junto a los gitanos fibrosos como juncos y las gitanas, gordas como morsas. Los que hacen gimnasia, pádel, runners, son otra estirpe, tienen buenos salarios, usan corbata y trajes del corte inglés. Los que se los hacen a medida ya son la élite. Después están los futboleros, los nacionalistas -catalanes y vascos a los que hay que echar de comer aparte- y los poetas del montón. Después estoy yo que me cago en la madre que os parió a todos. A todos menos a unos cuantos, que la amistad es sagrada.
Paco Torrente 6 – día 89
Todos los idiotas piensan que los idiotas son los otros. Pero hay uno que tiene razón: lleva una palma en la mano, cree en el crepúsculo de las creencias y alimenta demonios que devoran sustancias tristes. Tiene la ventaja de no ser la caza de nadie. No busca la confrontación, ni el tesoro ajeno.