Romances  viejos para tiempos nuevos

Romance de los rumores del mar

l rumor levanta colmenas.
El humo sube en libertad.
Todos tienen muchas palabras.
Los árboles huyen del mar.
 
Se inclinan ante los que gritan
consignas de oprobio feraz,
cosechas que algunos cultivan
arando en el fondo del mar.
 
Allá irán sus nuevos esclavos,
autores de su propia maldad,
rapaces cerriles creyentes
prietos en las garras del mar.
 
Los ciegos alumbran su luz
y los mancos su manquedad,
el pánico busca refugio
en las hondas cuevas del mar.
 
Abanderados y esculpidos
por los usos del tribunal
gimen los niños del sueño
los limpios desastres del mar.
 
Bajamos del cielo iracundos
por una escalera fatal,
las sombras son lobos esquivos
que ignoran las almas del mar.

Romance del deseo

l mercurio que me sube
Con el ansia de su centro
El mar que se desafuera
De sus faltas y sus fueros
Para alzarse por escalas
Que me elevan a sus pechos
Esos corzos desatados
Que brincan como corderos
Retozantes y felices
Por los prados del deseo.
 
El dibujo de la arena
Circunscribe el gran suceso
De un meteorito que baja
Velocísimo en su fuego
Como mastines feroces  
Llorando por su consuelo
En los límites del mal
Y los márgenes  del cielo
Que la pasión del amor
Se desintegra en los cuerpos
Celestiales en las fraguas
Que incendian el universo.
 
Quien podrá decir jamás
Inocentes y perversos,
Llevados por las corrientes
Que no detienen los muertos,
Ni los gallos que delatan,
Ni las huestes del desierto,
Ni las damas represoras,
Ni los tanques del ejército,
Pues no quieren, no obedecen,
Convenios y juramentos
Si no son los suyos propios,
Que la furia del deseo
Es atávica y tan fresca,
Tan indómita y sin freno
Que arrasaría con toda
Presa, orden, impedimento
Que quisiera represarlo
Que quisiera reprenderlo
Que no hay alcance más alto
Que no te lleve más lejos
Que el vuelo del corazón,
Que el caballo del deseo.
 

Romance del rey pasmado

abezón, sin pelo y cebado,
a dónde vas gordo de ti
si no te van a recibir
ni siquiera como regalo.
 
Eres un santo desgraciado.
Nadie espera nada de ti.
Así que puedes recibir
el título de rey pasmado.
 
Si sobas serás un sobado.
El país es mejor sin ti.
Solo te falta recibir
las citaciones del juzgado.
 
El futuro ya ha demostrado
que se puede pasar de ti.
Se acabó ya de recibir
los dividendos del pringado.
 
Por la carga que has aguantado,
esta canción es para ti.
Tal vez la puedas recibir
tal si fueras el rey del mambo.
 
Yo, ni siquiera te he nombrado
-está prohibido hablar de ti-
aunque aprendiste a recibir
el pastizal de los pasmados.
 
 
 

Romance de la indignación sin rima

d y azotad a ese prójimo.
Redimidlo de su lúbrica
propensión al criminal 
sometimiento del débil,
dejadle la piel en llamas,
que sienta el dolor ardiendo
en su tórrida consciencia
de abusador inclemente;
que se queme enaltecido
por látigos sin fatiga;
que sienta, multiplicado,
el dolor que, despectivo,
infringe por voluntad
de capricho lujurioso,
de sadismo decadente,
de gratuito privilegio,
de esclavitud lucrativa.
La soberbia que descansa
en espalda ajena busca 
su merecido en la piel
propia.
            Id, pues, y azotad
a ese dueño concentrado
de poderes y dineros,
de desprecios y maldades,
de hartazgos heredados
que hacen del desposeído
una víctima del cielo.
 
¡Ay romanos, que no nos
acabasteis de enseñar
la dignidad tan nombrada,
tan depravados vosotros
por el exceso adiposo
de la molicie indecente,
como los dueños de ahora,
aduladores del oro,
adoradores del sátrapa,
reverentes del corrupto,
lameculos hacia arriba,
despóticos hacia abajo,
desgraciados irredentos, 
vengativos absolutos.
 
La vara que sirve para 
medir la humillación sucia
del pobre, nos sirva para 
recalentar el pellejo
del rico; que las espinas  
que hicieron sangrar al hijo
de la indómita pobreza 
se incardinen en la sien
de los que se benefician  
del pan hurtado a los perros;
que no se pueda decir  
que el hombre que facilita
la aberración del poder  
dispondrá de casa y coche,
seguridad y solarium,
despensa para su gula,
ocios y fornicios dóciles  
y rencorosos para usos
cínicos y desatentos.
 
Estoy hasta más arriba  
de esa vileza que premia
al ruin en su sino, al mísero  
e indecente latiguero.
Lejos de mi sus vestigios  
de moralidad, de pulcra
decrepitud, sus maneras  
de ojeador en penumbra,
su lento acecho en la noche  
de vampiro voraz, lúgubre
chupador de dangre ajena. 
Con esa desfachatez
de predicar a los otros  
lo que jamás cumple el mismo.
 
No quiero ni que me roce, 
escondido y aparente
de fórmulas y domingos,  
infecto depredador
de personas humilladas,  
de mujeres sometidas,
de cuerpos y almas sumisas  
a su delirante sueño
de soberana grandeza.  
Que se pudra bajo el látigo
de la justicia espontánea  
del hijo de los mil frentes
que vino a limpiar el templo  
de opresores que inoculan
ese veneno violento  
en el mundo cotidiano:
la perversión de los sádicos, 
el dolor loco y gratuito,
el dolor innecesario.
 

Romance de los poderosos

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es capitales_e.pngl mundo, aunque no me guste
les pertenece a los malos,
ellos nunca dudan si tienen
un crimen entre las manos,
ejecutan sin miramientos
siempre lo tienen muy claro
cuando tratan de defender
sus intereses creados.
 
No les viene de una muerte
ni de un robo, ni de un rapto,
de si explosiona un avión
o colisionan dos barcos,
si el accidente es un tiro
que llega al destinatario,
si descarrilan los trenes
si se despeñan los autos
si la suerte los decesa
por jeringa o por barranco.
 
Importa que siempre queden
problemas solucionados,
la mujer en su pecera,
los hijos bien educados,
el tiburón en el mar,
y el yate bien atracado,
el enemigo en su tumba
y el dinero a buen recaudo,
el banco sin que se mueva
y el dinero a buen recuado,
los negocios con los socios
y el dinero a buen recaudo.
¿insisto con el dinero
para que quede bien claro?
 
Todos lo demás objetos
son productos de intercambio,
que si joyas y lujurias,
que si coches y caballos,
que si fiestas de glotones,
que si mansiones de mármol,
que si chicas pornográficas,
que si hectáreas de pasto,
que si herencias de familias
que si fincas del catastro,
propiedades apropiadas
con crímenes y a destajo,
que mantener el estatus
de dueños y soberanos
de inmuebles y semovientes
les cuesta mucho trabajo.
 
Lugares muy privativos
espacios muy reservados
donde el brillo del dinero
es de buen gusto gastarlo,
y a los pobres envidiosos
que les den y que les den
y que los vayan marcando.
 
 
 

Romance del diputado tuitero

regunto, sin que me importe,
de dónde salió el mancebo
que usa palabras hirientes
como dagas de tuitero
que a todas luces se ve
que arremete con denuedo
para dar al su señor
versión de buen escudero
que aprendió bien su lección
para bien comer primero
que la vida está muy dura
y es refugio un parlamento.
 
Gasta maneras serviles
y argucias de pendenciero,
palabras de ingenio prestado
usadas con menosprecio,
útiles para servir
como se sirven los hierros,
para hacer del contrincante
un enemigo sin precio
que siempre contra los otros
se nos define el rastrero,
con ideas adaptadas
a su feroz falseamiento.
 
Cómo insiste el mancebo,
contumaz en el comercio
de palabras consumidas
en refritos sin refresco
en frasecitas de cortos
y simplones pensamientos
en chulerías menores
y en refranes rufianescos
que denotan a la vista
la pobreza de intelecto
que mueve sus intenciones
más propias de un cuatrero
que las que se le demandan
a un elegido del pueblo.


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