Romances viejos para tiempos nuevos
Romance Judío
Aquellos que siembran con lágrimas
harán la cosecha con una sonrisa.
-Proverbio Judío-
unca el dolor será en vano,
el sufrimiento te arropa,
guarda tu alma, es un tesoro
que vive sobre las modas,
te protege y ha dispuesto
para ti su mejor hora,
la del silencio que asume
la conversión de la aurora
que renace con el día,
y se duerme con la sombra.
Romance del Cantor
adie se sienta ofendido
por lo que vengo cantando,
a veces canta un cretino
y a veces canta mi hermano.
Nunca un felón escondido
nunca un traidor traicionando,
más bien por lo que parece
es la ficción de un imago,
la ensoñación de mí mismo
con el que vengo callando,
las verdades del amor
que van cantando los pájaros.
Con esta extraña pasión
de cantante demorado,
doy de comer al demonio
y a los ángeles, si acaso,
que combaten sigilosos
por ocupar el espacio
de mis voces compungidas
de mi espíritu alterado,
por querer saber el cómo,
por querer saber el cuando
ha de venir el placer
del agua fresca del canto,
el silencio rumoroso,
el rumor que intuye el santo,
el santo de las verdades,
la verdad que encanta el canto.
Romancillo de la Ofuscación
vanzando en el pantano
lentas raíces y barro
van atrapando tus pies
y te quitan los zapatos
solo buscas una nube
quieres encontrar un claro
un dulce cañaveral
para salvarte soñando
que la luz es un refugio
un cordel que va tirando
de tu lenta vida torpe
de escritor de garabatos
que te tire y que te ayude
a salir del entramado.
El claro se vuelve oscuro,
las nubes, emborrachando,
se hacen negra tormenta,
deslumbres de falsos rayos,
delirios con amapolas
crepitan tus desengaños,
presientes las humedades
desnudas en tus costados,
los cangilones del miedo
traen agua del sobrado.
Si no entiendes las señales
de los vientos desatados,
ni son claras las pasiones
ni nobles los desalmados
que dicen buenas palabras,
arquitectos del engaño,
si todo es dulce manera
para engolar al esclavo,
será mejor que despejes
tu ofuscación de atrapado,
relecto animal sin suerte
y busques desaforado
un lugar desconocido
para ser hombre preclaro.
Romancillo de andar por el bosque
ndando por el bosque
sin fin ni mandamiento
me encuentro con la sombra
que vive en el silencio
apariencias sutiles
deslumbres de misterio
saltos que de las aguas
hacen sus pensamientos
líquidos y fugaces
rumor de palimpsestos
palabras que se oyen
escrituras del viento
rubores, certidumbres,
luz del conocimiento
naturaleza viva
cantando en cautiverio.
El círculo cerrado
que vuelve con los ecos
retorna a mi memoria
el ciclo de los buenos
propósitos del alma
que clama por los muertos
y recibe, inesperado,
su asombro tan discreto,
sutil por las ausencias,
gentil por lo sincero,
que todo precedente
es presente en su celo,
en su santo susurro,
en su verdad sin miedo,
en su dolor callado,
en su cristal de sueño.
Son las siempre íntimas
materias del acierto,
golondrinas que orientan
las rutas del reflejo
-confusión, laberinto-
de la invisible y prístina
presencia de lo inquieto,
lo que apenas se dice,
el torpe balbuceo
de un mar de claridades
viviendo en tu cerebro.
Son los signos que nacen
de los pulsos del tiempo,
los fantasmas reales
que limpian los deseos
para ser infinitos,
para ser sin infiernos
libres de las mentiras
que propagan los vientos
malignos de los hombres
esclavos de sus egos.
Romance de las señales
e van viniendo señales
que intuyes y no obedeces,
libres flujos que no sabes
donde van, de donde vienen.
Deshaces un nudo y sueñas
con hallar la puerta exacta
por la que la luz se adentra
por la que la voz se aclara.
Insomne cuando te acercas,
durmiendo cuando se acalla,
arrastrado en la extrañeza
vas perdiendo lo que ganas.
Y en eso andas desasido,
sin sosiego en la demencia
de no saber si es domingo
el día en que te despiertas.
Señales hubo, señales
como el sol en la ventana,
la tibieza de los lares,
amanecer con el alba.
Pero hay fuerzas que te llevan,
por caminos sin salida,
claridades que te ciegan,
errores que no marchitan.
¡Ay quien pudiera volver
atrás la vida! Sentir
de nuevo. Retroceder
hasta el día en que la vi.
No equivocar el camino,
con la mente despejada
resolver el laberinto
de volver de nuevo a ti.
Romance solidario con los oprimidos del mundo
igo el rumor de los pasos
por las esquinas del tiempo,
traen, tajantes soberbias,
desatada hambre de perros,
mecánicas y coléricas
dentadas ruedas sin freno
triturando a los humildes
con metálicos acentos,
espeluznante invasión
que llega -turba de insectos-
con afán de exterminar
las mariposas del sueño,
las rimas que de la vida
crean la fuerza del genio.
Respiran indiferentes
estos sátrapas del miedo,
arrancan de sus raíces
las cosechas y los nuevos
brotes de la juventud
que siempre entrega sincera
la coraza de sus cuerpos,
para luchar con el alma
contra tanto ensañamiento.
Nada nos será entregado
si no se exige primero,
la justicia necesaria
que redime a los infiernos
de ser ciudad de los vivos,
de ser ciudad de los muertos.
Cojan la verdad y limpien
el rostro del niño muerto,
vengan con todas sus almas
a pedir lo que era vuestro,
la salud que los ladrones
arrebataron al pueblo,
el oro que se expoliaron,
la virtud que nos cogieron,
venga el fuego contra el fuego,
la maldad ya sin descanso
pague por tanto desprecio,
devuelva lo que no es suyo
y compre con su dinero
el perdón de los pecados
el crimen de sus excesos
las pieles del latigazo
las llagas de sus incendios.
Se acabó ya de acatar
la ley del sufrimiento,
las órdenes que nos piden
obediencias y silencios,
la paciencia tiene el límite
del cristal de los espejos,
es delgada y no soporta
la sangre de sus reflejos
la mentira cegadora
su dolor más ceniciento,
las oblicuas intenciones
que llevan al matadero.
Ya es hora llegada, hora
de acabar con el invento
que nos hace sus esclavos
y nos deja en puros cueros,
yo me junto con ustedes
para acabar con los Cresos,
si las palabras no sirven
vengan los fuegos del fuego,
la bondad del corazón
empujada por los fierros.