1997
Decir buenos días nuevamente (Las arenas del castillo)
Todo libro de poesía es un intento de coger el aire bueno, como hacen esos intrépidos del vuelo delta, que nos remonte más allá de nuestro lastre diario, que es el vivir.
Una voz propia que admita todos los matices, todos los recursos de la lengua: lo reverente y lo irreverente, la claridad y el hermetismo, lo racional y lo irracional, lo vivido y lo imaginado, la placidez y el arrebato,
lo sublime y el sentido del humor. Todo cabe en el poema y a todo aspiro.
Tal vez sea el sueño de fundar una literatura que recoga la divergente unidad del mundo